martes, 7 de abril de 2009

NO TIENE VOZ, UNA BONITA HISTORIA DE SANACIÓN


No Tiene Voz era un misterio para la gente de su tribu. Ella nunca había hablado.
Los largos años de silencio habían convencido a su família de que ella nunca pronunciaría una palabra. La niña oía y era capaz de comunicarse mediante señales, pero todos habían perdido la esperanza de que ella, algún día, cantara o alzara su voz en agradecimiento durante las ceremonias.

No había duda de que la infancia de No Tiene Voz había sido extraña. Nació debajo de una hilera de sauces donde su madre había ido a dar a luz. Las primeras horas de su vida estuvieron cargadas de sucesos horrorosos: el campamento de su tribu había sido invadido. El padre de No Tiene Voz, las encontró y protegió, perdiendo su vida en la contienda.

Un día, en el séptimo invierno de su vida, No Tiene Voz enfermó. Había comido algún alimento malo y tenía nauseas. Llamaron al curandero. Mientras No Tiene Voz sentía que su estómago se convulsionaba, sucedió una cosa curiosa. Empezaron a surgir sonidos de su garganta que se parecían a los gritos de gente aterrada.

El hombre Santo sonrió, explicando que de recién nacida ella se había tragado esos sonidos, sabiendo que si lloraba, ella y su madre morirían. El dolor de estómago le había permitido sanar, mientras vomitaba el miedo.

No Tiene Voz se ganó un nuevo nombre cuando recuperó la posibilidad de hablar: ahora a ella la llaman...

No Tiene Miedo